Para el Colegio Colombo Americano CAS, los principios institucionales son las máximas orientadoras de nuestras acciones y responden al interés general de la comunidad educativa.
Las distintas concepciones y connotaciones a las que se refieren esas máximas serán exigibles y defendibles por todos y cada uno de los miembros de la comunidad educativa como sustento esencial de nuestro eje fundamental: el respeto a la dignidad humana, lo que conlleva a una reflexión sobre los aspectos más importantes de la vida institucional como lo son: la organización, la excelencia, la participación, la convivencia, la academia y los valores, los cuales se exponen como enunciados verdaderos, fruto de acuerdos racionalmente motivados y serán remitidos a comprobaciones ulteriores a través de otros medios que los verifiquen en la práctica.
En ese orden de ideas, declaramos los siguientes principios:
Reconocemos al ser humano en todas sus dimensiones y el valor de la persona con todos sus atributos. Respetamos su integridad, de donde emana el ejercicio de sus derechos fundamentales y el cumplimiento de sus deberes consigo mismo, con los demás y con su entorno. Concebimos a cada persona como un ser singular en el que se reconocen sus cualidades y sus atributos esenciales. Esto hace que se desarrolle una comprensión de lo humano de tal manera que se evidencie en nuestro ser y nuestro actuar la valoración de nosotros y de los demás. Por esta razón fomentamos e interiorizamos valores como el respeto, la responsabilidad, la solidaridad y la autonomía, formando personas con calidad humana y un alto grado de autoestima.
Concebimos la espiritualidad como la búsqueda de la trascendencia expresada en el reconocimiento y vivencia de la fe en Dios, la esperanza y la actitud de servicio. Consideramos que el soporte fundamental de la trascendencia está en la vivencia de los valores éticos, morales y religiosos que dan sentido a la existencia y se traducen en acciones de vida que manifiestan coherencia entre el ser y el actuar. Nuestras acciones están basadas en la confianza en Dios, en la búsqueda de sentido de la razón última de nuestra existencia y en el servicio.
Buscamos el desarrollo humano de forma estructurada e íntegra con miras a la transformación de la sociedad. Respondemos a las exigencias de la comunidad nacional y mundial, en concordancia con una estructura de alta calidad que imprime a sus acciones un carácter dinámico, previsivo, responsable e innovador. Mediante un proceso de autogestión, generamos un permanente aprendizaje que persigue el fin de su filosofía,
un alto sentido de liderazgo y una administración actualizada y eficiente, buscando mantener y mejorar nuestro desempeño, generando confianza y renovación permanente.
Concebimos la excelencia como la búsqueda comprometida, compartida, responsable y constante de nuestra misión y nuestra visión, que exige lo mejor de cada uno para que las personas de la comunidad trasciendan. La calidad de cada una de nuestras acciones tendrá como finalidad buscar el perfeccionamiento y el éxito de las personas y la institución de manera continua con el propósito de servir mejor.
Creamos un ambiente donde cada uno de los miembros de la comunidad propicia el respeto y la comunicación asertiva como condiciones fundamentales de expresión y comprensión entre todos. Privilegiamos el diálogo para reconocernos como personas, interactuar con otros y asumir las diferencias como una oportunidad para crecer y construir lazos afectivos, sociales y culturales. El compartir la vida con otros, en un mismo espacio y con intereses comunes y particulares, implica el respeto a la pluralidad comprendiendo y aceptando las diferencias étnicas, sociales, económicas, religiosas, culturales y políticas. Por esto la convivencia se inspira en el valor del amor y la ternura como esfuerzo constante por construir la vida de manera positiva, saberes que se reflejan en las decisiones justas, la paz y el progreso.
Privilegiamos la expresión del pensamiento, las acciones de forma consensuada, la cooperación y el compromiso con la institución para la construcción de una cultura democrática. La participación adquiere una especial importancia difícilmente separable del hecho de aprender, pues es un proceso social de reconstrucción del pensamiento personal, forma parte de la vida ciudadana e implica el desarrollo de actitudes, capacidades y habilidades sociales. Es un propósito que debe planificarse como tal y un proceso continuo y mantenido en el tiempo para que madure. Forma parte de la vida ciudadana e implica el desarrollo de actitudes, capacidades y habilidades sociales.